Odontología Estética

‘El valor de la Estética como Belleza y Autoestima obtuvo gran impulso y la conclusión de que nadie es suficientemente hermoso sino posee dientes, ganó un espacio en los medios; la Odontología Estética produjo un nuevo paradigma. Los años 80 llegaron con una nueva lectura del concepto de salud y enfermedad; los espacios destinados a la prevención aumentaron y la filosofía de la mínima intervención conquistó espacio y se consolidó. La amalgama, que es un excelente material restaurador, perdió dimensión en función del color desfavorable y de la no reproducción de las características de las cavidades, que son necesarias para impedir las dislocaciones. La adhesión cambió el horizonte. La dentina pasó a intervenir en el proceso de retención, se empezó a tomar en cuenta al diente como un complejo biológico diferenciado y se crearon nuevas tecnologías restauradoras. Por lo tanto, surgió el mundo de la estética. La belleza y la armonía pasaron a regir materiales y técnicas. Nació el concepto de lo imperceptible. El fantástico mundo de la estética obtuvo el blanqueamiento, la microabrasión, la adhesión de fragmentos y se pasó a aceptar las restauraciones estéticas en dientes posteriores. Estos son los desafíos de aquel que trabaja en favor de la estética: que no se vea, que no se perciba; recuperar forma y función y hacer que el paciente recupere la autoestima, la alegría de vivir, el placer por la vida. Ser odontólogo es más que observar dientes, es observar a las personas, a los seres humanos, las almas, la emoción, la pasión y el encanto. Los profesores Fernando Tavares – Claudio Heliomar –Paulo Fonseca – Carlos Vieira forman una mezcla de experiencia e innovación de emoción y razón; investigadores y clínicos, en una simbiosis que produce texto e imagen de calidad incuestionable El libro es fuente de información y conocimiento; es cultura, es osadía, es amar a la Odontología.’